Antecedentes
En 2015, los gobiernos de todo el mundo se comprometieron con la ambiciosa meta de erradicar la pobreza durante el siglo XXI. Actualmente, no existen medidas de pobreza consistentes y completas que puedan usarse en los países con métricas distintas, es decir, mediciones específicas para naciones con ingresos bajos, medianos o altos. Para combatir eficazmente la pobreza, los responsables de la formulación de políticas necesitan información de alta calidad sobre la magnitud y naturaleza de la pobreza, así como la voluntad política y los recursos adecuados. Esta información es esencial para desarrollar políticas contra la pobreza efectivas y eficientes, que dependan de una medición precisa para dirigir los recursos donde más se necesitan y para monitorear el progreso.
La medición de la pobreza infantil es crucial para dar seguimiento al Objetivo de Desarrollo Sostenible #1 (ODS1): “Para 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones, de acuerdo con las definiciones nacionales”.
Equidad para los Niños: Pioneros en la Generación de Conocimiento
Alberto Minujin, profesor de Asuntos Internacionales en la Universidad The New School y Director Ejecutivo de Equidad para la Infancia, pronunció las palabras de apertura de la reunión del 20 de septiembre. Comentó sobre la obtención de medidas integrales de pobreza infantil multidimensional que van más allá de la pobreza monetaria, así como la importancia de considerar las privaciones no materiales que afectan el bienestar de los niños, las niñas y sus familias. Estos aspectos, junto con la participación infantil, son temas centrales para Equidad para la Infancia.
Joanna Mack, una periodista y cineasta galardonada que actualmente se desempeña como Investigadora Visitante en el Instituto de Pobreza de Bristol, es reconocida por su trabajo pionero en la medición de la pobreza basada en las percepciones públicas de las necesidades. Dirigió el proyecto de investigación en el Reino Unido sobre pobreza y exclusión social financiado por el Consejo de Investigación Económica y Social de la Open University. En su presentación titulada “¿Qué son las necesidades socialmente percibidas y por qué son importantes?”, Mack destacó las necesidades socialmente percibidas como un método para establecer un umbral de pobreza. Estas necesidades van más allá del ingreso y reflejan las experiencias de las personas empobrecidas y sus comunidades, con estándares apropiados para diferentes edades. Abordó las dimensiones cubiertas por las necesidades socialmente percibidas, su aplicación y el consenso entre diferentes grupos. Destacó formas de utilizar este enfoque a nivel global a través de encuestas, haciendo hincapié en la naturaleza relativa y contemporánea de las necesidades percibidas y la importancia de la participación de la sociedad.
Héctor Nájera, doctor e Investigador en el Programa de Estudios para el Desarrollo (PUED) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desempeñó un papel fundamental en la creación de la medida oficial de pobreza multidimensional de la Unión Europea. Su presentación, “Medición de la pobreza multidimensional en América Latina y privaciones multiples”, revisó el desarrollo de medidas de pobreza multidimensional en América Latina desde la década de 1980. Habló sobre el amplio uso del Enfoque de Necesidades Básicas (BNA) en toda América Latina y la evolución del debate conceptual y metodológico. Nájera destacó el aumento reciente en la región en el uso del enfoque consensuado y proporcionó ejemplos de Argentina, Brasil y México.
Mary Zhang, doctora y Profesora de Métodos de Investigación Cuantitativa en la Universidad de Oxford, se especializa en el desarrollo de medidas de pobreza multidimensional en países de bajos y medianos ingresos. En su presentación “Consenso sobre Necesidades en países africanos”, propuso establecer un consenso sobre los estándares mínimos de vida en los países de África Occidental y Central. Sugirió que el Enfoque Consensuado debería utilizarse para monitorear el objetivo 1.2 de los ODS, que requeriría mejores datos sobre la pobreza multidimensional en niños y adultos. El Enfoque Consensuado se basa en la suposición de que existe un acuerdo en la sociedad sobre lo que se considera necesario para un estándar mínimo de vida. La presentación hizo hincapié en el Cuestionario de Indicadores de Bienestar Fundamental y presentó datos de varios países que respaldan la existencia de un consenso entre países.
Björn Halleröd, profesor de Sociología en la Universidad de Gotemburgo con más de 25 años de experiencia en temas de pobreza, bienestar y condiciones de vida, recientemente se desempeñó como Secretario General de Infraestructura de Investigación en el Consejo de Investigación de Suecia. En su provocadora presentación “El Abogado del Diablo – las limitaciones de la medición de la pobreza consensuada”, Halleröd exploró el concepto de medición de la pobreza consensuada y sus limitaciones asociadas. Profundizó en la idea de medir la pobreza basada en la privación relativa objetiva y subjetiva, enfatizando la importancia de alinear la medición de la pobreza con las condiciones de vida habituales y adaptarse a los cambios en los patrones de consumo con el tiempo. Repasó la evolución de la definición de necesidades sociales, como la importancia del acceso a Internet hoy en día. En última instancia, la presentación resaltó el desafío de determinar cuán “pobre” debe ser una persona para considerarse empobrecida, debido a las complejas consideraciones empíricas y normativas que se plantean.
David Gordon, Profesor de Justicia Social y Director del Centro Townsend para la Investigación de la Pobreza Internacional y el Instituto de Pobreza de Bristol en la Universidad de Bristol, es un prolífico autor y experto en pobreza, desigualdad, exclusión social y políticas sociales. En reconocimiento a su trabajo, fue elegido como Miembro de la Academia Británica en 2018. La presentación del Profesor Gordon, “Medición Global Comparativa de la Pobreza Multidimensional”, exploró las complejidades y posibilidades de medir la pobreza a escala global, considerando tanto sus implicaciones teóricas como prácticas. Discutió el concepto de medición global comparativa de la pobreza multidimensional y la forma en que se relaciona con la erradicación de la pobreza y su naturaleza relativa, dinámica y multidimensional. Exploró el contexto histórico de la medición de la pobreza con un enfoque en los orígenes de la “línea de pobreza” y su evolución. La presentación enfatizó la necesidad de una teoría y definición universales de la pobreza que abarquen todas las sociedades y se adapten a los contextos locales. Hizo hincapié en la importancia de producir estimaciones comparables de la pobreza en diferentes indicadores y grupos de edad, y en lograr mediciones válidas, precisas y confiables de la pobreza.
Enrique Delamonica se desempeña como Asesor Principal de Estadísticas y Monitoreo de Pobreza Infantil e Igualdad de Género en UNICEF-HQ. Es un autor y educador con amplia trayectoria y experiencia en desarrollo económico, derechos de los niños, protección social, disparidades socioeconómicas y el impacto de las tendencias macroeconómicas en los niños. Ha enseñado en instituciones como la Universidad de Columbia y la Universidad The New School. El Sr. Delamonica impulsó una estrategia global para medir la pobreza infantil y familiar a nivel internacional después de la agenda 2030 basada en el enfoque consensuado. Afirmó que es una medida holística que tiene en cuenta factores de calidad de vida, como la discriminación y la exclusión social, que actualmente no se tienen en cuenta. Criticó la falta de profundidad y precisión de la medida de la pobreza de 1 dólar al día del Banco Mundial y expresó la esperanza de que la Encuesta de Múltiples Indicadores por Agrupaciones (MICS) incluyera preguntas basadas en el enfoque consensuado que ofrecieran una mejor comprensión de cómo se experimenta la pobreza, especialmente por parte de los niños.
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Equidad para la Infancia se esfuerza por desarrollar procesos que mejoren el bienestar infantil a través de la creación y difusión de investigaciones originales, seminarios y reuniones presenciales para discutir temas y conceptos de vanguardia y tomar medidas que ayuden a reducir la desigualdad.